Cobre y democracia

11.12.2005 16:36

(Este artículo fue publicado el 11/12/05 en el diario Perfil de Buenos Aires, antes del triunfo de Michele Bachelet, que consolidó el crecimiento y el reparto Cuatro años después, las elecciones las ganó Sebastián Piñera, que a pesar de sus esfuerzos no logró retroceder demasiado).

 

 

Chile es el país con mejor calidad de vida de América latina, y el de mayor inequidad social. El mejor, para el gerente de una empresa extranjera o prósperos empresarios locales, y tan malo como el peor, en el otro extremo de la franja social.

“La mayoría de los argentinos que vienen hablan maravillas de un país que no conocen porque no pasan de Plaza Italia (1)”, sostiene un lúcido gerente argentino. Ni les interesa conocer. Con los mejores sueldos ejecutivos de América latina (salvo Ecuador), vivir en Las Condes o Vitacura es un placer. “Es fome” (aburrido), se quejan los chilenos, amantes de Puerto Madero y la Recoleta. Pero no es tan cierto. En pocos años, la ciudad gris en la que sólo se destacaban los buenos productos de mar pasó a combinar toques de Manhattan con el Paseo de la Castellana. Un metro espectacular, modernas autopistas, torres de cristal, buses del primer mundo, restaurantes tejanos, argentinos, españoles o japoneses y un telón de fondo nevado –cuando el smog permite que se vea- dan marco a una capital que cuanto más se acerca a la montaña más se aleja de la vieja postal latinoamericana.

 

¿Qué pasó? Dos palabras lo definen: cobre y democracia.

 

En los últimos 15 años la inversión extranjera creció 10 veces, la inflación anual bajó del 102 al 2,2%, la pobreza cayó el 25,7 al 14,5% y la indigencia del 12,9 al 4,7%.. Se modernizó el Poder Judicial, con juicios orales y públicos en todo el país, se abolió la pena de muerte (2001), se aprobó la Ley de Divorcio (2004) y la percepción de transparencia (no corrupción) pasó al primer lugar de América latina.

 

El aforismo de Alfonsín, “con democracia se come, se cura y se educa”, lo han ido cumpliendo tres presidentes socialdemócratas, Alwin, Frei y Lagos, aunque es precisamente en dos de esos objetivos –educación y salud- donde Chile tiene las mayores deudas con su población, por su histórico retraso.  No obstante, es admirable su red de bibliotecas (405, un 50% más que hace 15 años) y acaba de inaugurarse la Biblioteca de Santiago, un lugar de esparcimiento cultural que pretende competir con los centros de “esparcimiento comercial”.

 

¿Y quién paga la cuenta? Las exportaciones chilenas crecieron, en 15 años, de 8.400 a  31.400 millones de dólares. Más de la mitad corresponde a la minería: el año pasado, 14.300 millones provinieron del cobre.  Un dato para comparar: los excelentes vinos chilenos que han logrado un envidiable lugar en el mundo representan un 2,7% de las exportaciones.

 

Con este panorama, no es extraño que uno de los slogans de la campaña presidencial sea: “Para seguir creciendo”. Lo que  raro es que sea el slogan de la oposición.  Es que, si el precio del cobre sigue por las nubes, el próximo gobierno tendrá la oportunidad de consolidar el crecimiento y mejorar el reparto.

 

Andrés Soto

Director de Perfil Chile

 

(1)               Límite entre Providencia y Santiago centro.