O papa que gosta do tango

21.04.2013 11:42

Publicado en la revista Contigo! (Brasil)

 

Jesuita, cuervo y peronista. Son las tres características que los argentinos destacan del Papa Francisco. Los jesuitas se distinguen por ser la vanguardia intelectual de la Iglesia Católica y por su preocupación por los pobres, pero también por su indescifrable ubicuidad política.  Se llama “cuervos” en la Argentina, en alusión a la negra sotana de los sacerdotes, a los hinchas (torcedores) del Club San Lorenzo de Almagro, fundado hace más de 100 años por un cura llamado Lorenzo Massa. Y “peronistas somos todos”, según dijo alguna vez el fundador de ese Movimiento, Juan Domingo Perón.

De estas tres características, se supone que lo más trascendente para la Humanidad serán sus capacidades relacionadas con la formación jesuítica, algo que los teólogos del mundo entero intentan desentrañar.  Los argentinos, en la calle, hablan más de su condición de hincha de San Lorenzo y menos de su pasado peronista. Y la mayoría de los diarios se ocupan de agigantar sus diferencias con el gobierno de Cristina Kirschner.

Los humoristas y quienes no lo son fabrican todo tipo de ocurrencias,  mientras comienzan a desfilar por  televisión cuanto vecino haya vivido a menos de 45 cuadras de la casa de Bergoglio, parientes cercanos y lejanos, amigos olvidados, múltiples compañeros de estudio y hasta la amigovia de los 12 años.

“¿El Papa toma mate?”, pregunta un radialista. “Sí”, le responden. “¿Y ahora tendrá que hacerlo en el caliz?”, rozan la herejía.

Los hinchas de Independiente (“Los Diablos Rojos”) dicen estar desesperados. “Con un Papa cuervo nos vamos al descenso”, temen con razón. Suena a excusa: Independiente ya está 10 puntos por debajo de San Lorenzo, en los fondos de la tabla.

No faltaron las agudezas referidas a la vieja rivalidad futbolística con Brasil: “Pentacampeón… Pentacampeón… ¿Cuántos papas tenés?”, bromeaba un humorista.  Los chistes malos tampoco faltaron: “Qué elección difícil para Francisco, Messi es argentino, pero Ronaldo es Cristiano”.

A las dos horas del humo blanco, frente a la Catedral de Buenos Aires ya se vendían banderas papales, las mismas que estuvieron en un depósito desde el año 1987, cuando visitó Argentina Juan Pablo II. Los cánticos eran de tono futbolero, pero no muy originales: “Ohlelé, ohlalá, el Papa es argentino, argentino de verdad”. Esa misma noche se ofrecían por internet T-shirts y jarros (mugs, canecas) con la imagen de Francisco. La cuenta de Bergoglio en Facebook creció a razón de 300 por minuto, aunque Tweeter estuvo muy por encima y atrapó en pocas horas el 10% del ruido global.

El diario Crónica tituló a página: “Salieron en la quiniela el 40 (el cura) y el 88 (el Papa)”. Como si fuera poco, en la lotería de la Provincia de Santa Fé apareció el 03, que es San Cono, el santo de los jugadores. Lo más notable es que en la mañana del día en que fue electo, en la Quiniela Nacional (jogo do bicho oficial) el primer premio coincidió con su número de socio del Club San Lorenzo: 8235. “Creer o reventar”, tituló el mismo diario, que no es el más serio del país.

La pasión de Bergoglio por San Lorenzo se conoció cuando el club cumplió 100 años, en el 2008, y el entonces Arzobispo de Buenos Aires presidió la misa celebrada en una capilla donada a los cuervos por otro torcedor famoso, el actor norteamericano Viggo Mortensen.  Se supo entonces que había seguido toda la campaña del que muchos consideran el mejor San Lorenzo de la historia, el de 1946, cuando Jorge tenía 10 años y a los cuervos de hoy todavía se los llamaba “El Ciclón de Boedo”, en contraposición a Huracán, su agnóstico rival de siempre.

 

Jorge Mario Bergoglio (76) nació y vivió en el barrio de Flores, uno de los más emblemáticos de Buenos Aires,  9 kilómetros al oeste del obelisco.  En ese barrio se conocieron su padre, José Mario Francisco Bergoglio,  y su madre, Regina María Sívori, ambos muy católicos, en una reunión de la parroquia.  Los Bergoglio provienen de Portacomaro Stazione, pequeño municipio en la provincia piamontesa de Asti, y llegaron a la Argentina – con la abuela Rosa a la cabeza- en 1929 en el buque Giulio Cesare. Tenían pasajes para viajar en el Principessa Mafalda, que se hundió frente a Porto Seguro en octubre del 27, pero debieron postergar la partida porque no habían logrado vender sus bienes en Italia. Mario trabajó como contador en el Ferrocarril y jugó al básquetbol en San Lorenzo, el club “grande” más cercano a su casa.  Tuvieron cinco hijos: tres varones y dos mujeres.  Además de Jorge, solamente sobrevive María Elena, que habita muy discretamente en el barrio suburbano de Ituzaingó.

Quizá la mayor diferencia entre Francisco y sus 265 predecesores sea que el nuevo Papa “tiene calle”, casi un sinónimo de ser argentino.  Tener calle es el antónimo de “no vivir dentro de un frasco”, es conocer los códigos y las situaciones de la vida real. Jorge Bergoglio se ordenó sacerdote cuando estaba por cumplir 33 años, para entonces ya había jugado al fútbol en la calle (y al básquet en el club, pero mal), estudiado en una escuela técnica, trabajado en un laboratorio y sobrellevado un noviazgo que –se novela ahora- pudo haberlo conducido al Seminario. Las declaraciones de su noviecita de los años 50, reencontrada ahora por los Medios locales, inducen a creer que la elección fue entre Ella y el Sacerdocio.  Aunque la historia que cuenta el periodista Sergio Rubín, biógrafo de Bergoglio, relaciona la decisión con la enfermedad que, a los 21 años, lo tuvo al borde de la muerte y obligó a un tratamiento con sondas que le provocó dolores terribles.  Cuenta el biógrafo que una monja consiguió confortarlo con una frase simple y directa: “con tu dolor lo estás imitando a Jesús”. Recuperado, con un pulmón menos, el joven Bergoglio decidió ingresar al Seminario de Villa Devoto, no muy lejos de su barrio.

Antes convertirse en seminarista se había recibido de técnico químico en la Escuela Nacional de Educación Técnica de la misma zona y había trabajado en un laboratorio. Su jefa, Esther Balerino, era una militante comunista que desapareció 20 años después secuestrada por la dictadura. Fue ella, según su biógrafo, que le despertó el interés por la política como objeto de estudio. “Es cierto que leía la publicación del Partido Comunista, pero nunca lo fui”, contó Bergoglio.

 

Sus alumnas del Colegio Inmaculada de la provincia de Santa Fé recuerdan que lo bautizaron “El Profe Carucha”, seudónimo que no prosperó fuera del establecimiento, y que gracias a él conocieron personalmente a Jorge Luis Borges. Bergoglio, profesor de Literatura, era por entonces un gran lector de Borges y de otro importante escritor argentino del Siglo XX, Leopoldo Marechal, comprometido con el peronismo, todo lo contrario a su colega.

Cuando el Futuro Papa comenzó a militar en política habían pasado pocos años desde su ordenación en diciembre de 1969. A comienzos de los 70 ingresó a una agrupación peronista llamada Guardia de Hierro, que no era la misma organización antisemita, fascista y nacionalista que existió en Rumania antes de la Segunda Guerra Mundial, pero un poco se le parecía. Era la escuela de cuadros que tenía el Movimiento Peronista para enfrentar al ala izquierda representada por los Montoneros, también originariamente católicos. La utraderechista Triple A –que inició el terrorismo de Estado en la Argentina- los consideraba de izquierda. “En Guardia había que comprender a Perón y a los Santos, la política y el mundo de la religión, la lucha por los cargos y por el Espíritu”, recuerda un viejo militante de la organización, que oficialmente se autodisolvió en 1974.  Por entonces, ya era Provincial de la Orden Jesuitica, cargo que ocupó desde 1973 hasta 1979.

 

En noviembre de 2010, Bergoglio fue citado a declarar como testigo en la causa que investigaba el secuestro de los jesuitas Yorio y Jalics, a  quienes conocía del Colegio Máximo, donde funcionaba la Curia a su cargo. Los abogados querellanes abandonaron la audiencia convencidos de que no solamente no dijo nada sino que “cuando alguien es reticente está ocultando parte de la verdad”.

La opinión más dura sobre Francisco le pertenece a uno de los periodistas más prestigiosos de la Argentina, Horacio Verbitsky. En Página12 escribió: “Es la persona indicada para tapar la podredumbre”. Desde su posición de izquierdas, dice: “Si Wojtila fue el ariete que abrió el primer hueco en el muro europeo, el papa argentino podrá cumplir el mismo rol en escala latinoamericana. Su pasada militancia en Guardia de Hierro y el discurso populista que no ha olvidado lo habilitan (…) para apostrofar a los explotadores y predicar mansedumbre a los explotados”.

En el libro “El Jesuita”, Bergoglio contó que le entregó su cédula de idenetidad a un sacerdote físicamente muy parecido para que  pudiera cruzar la la frontera hacia Brasil, y que protegió a estudiantes de teología ligados a monseñor Enrique Angelelli (asesinado por la dictadura).

El coordinador del Grupo de Curas en Opción por los Pobres, Eduardo de la Serna, reconoce que “en Buenos Aires ha sabido ser pastor, después de arzobispos que eran príncipes de la iglesia”. Para los curas tercermundistas, el hecho de que se haya elegido al candidato argentino y no al brasileño no es una cuestión futbolera: “Odilio Scherer está mucho más a la derecha que Bergoglio”.

Nunca fue un “cura villero” (los sacerdotes que actúan en las favelas) pero en los últimos años los alentó en su tarea.  Ahondó y desarrolló el diálogo entre el cristianismo y el judaísmo en la Argentina, compartió con distintos rabinos la conducción de un programa de TV y la autoría de un libro.

 

La historia más contada en estos días es que habitualmente viaja en autobús, metro y tren. Igual que el padre de la también argentina Máxima Zorraguieta,  la futura Reina de Holanda, sorprendido hace poco viajando en un “colectivo” porteño. Pero el ex cura jesuita Miguel Mom Debussy (63) sostiene que eso es nuevo, porque “en la larga década en que yo lo serví no iba a ningún lado sin el auto, ni siquiera a los barrios que estaban a pocas cuadras”.  

Algo poco conocido del Nuevo Papa es su especial devoción por la Virgen Desatanudos (Nuestra Señora de Knotenlöserin), muy popular en la Argentina en los últimos años, una imagen que hace referencia a los problemas humanos que se simbolizan como energías que atascan el normal flujo de comunicación entre Dios y los humanos, y que ha sido reinterpretada para encomendarle que desate cualquier nudo que se presente en la relación humana.

El  cura rockero César Tagle, líder de la banda “El padre Cesar y los pecadores”, que cantaba “Un Papa Latinoamericano” mucho antes de la elección de Francisco, se considera amigo de Bergoglio, y contó que el ahora Papa lo llamó un día para decirle que una señora le había entregado “este montón de CDs” como limosna y le pidió que los repartiera pero que antes le grabara un cassette (sic) con unos temas de Edith Piaff que le gustaban mucho. 

El cardenal Bergoglio fue un gran contenedor de los familiares de las víctimas de las dos mayores tragedias ocurridas en Buenos Aires en los últimos años: el incendio de la discoteque (boate) Cromagnon (194 muertos) y el choque de un tren contra la  Estación Once (51 muertos).  También celebró misas, apoyó marchas y gestionó ayuda para las víctimas de la trata de personas: “nos apoya desde el 2008, cuando denunciamos la red de prostíbulos que funcionaba en los alrededores del Departamento Central de Policía”, relataron al diario Clarín en la cooperativa antitrata La Alameda.

“Hablar con él es como transitar un rato por fuera de la realidad”, cuenta su amigo Julio Bárbaro, un ex Guardia de Hierro que formó parte del gobierno de Néstor Kirchner, y a quien Bergolio le encargó intentar un acercamiento con el entonces Presidente. “Fracasé. A mi amigo Néstor no lo conmovía mucho la espiritualidad”, escribió Julio Bárbaro.

Algunas frases de Jorge Bergoglio para tener en cuenta: “A veces llevamos a los viejos al geriátrico. Los guardamos como un sobretodo en el ropero; sólo faltaría que le pusiéramos unas bolitas de naftalia en el bolsillo. Pero no es así, hay que quererlos” (2005). “La deuda social es inmoral, injusta e ilegítima” (2009).